martes, 23 de mayo de 2017

Tu nombre.



Empezaré diciendo que estoy loca, que no sé qué es lo que estoy haciendo o hacia donde iré con todo esto, pero vivir cuerdo igual es muy aburrido. 





¿Sabes qué es más loco aún? 



Este sentir, este querer que no deja en el olvido el pasado pero tampoco se aferra a el. Es de locos que después de tantos años, aún me siga sintiendo como aquella niña que se perdía en tus ojos y se moría de los nervios cada vez que te iba a ver, porque es ahí, en tu mirada donde estoy colgada y no me puedo desprender. 

Y se me hace chiquito el corazón cada vez que te pienso como si sólo quisiera tener espacio para ti, y no darle cabida a nadie más, que si es de egoísmo, mis manos también saben muy bien de eso. 


Tal vez escribimos páginas diferentes y construimos otros puentes, pero no nos cansamos de decir adiós y devolvernos una última mirada. Entonces no sé qué es esto, ¿qué pretendemos? ¿...o soy sólo yo? Por qué no puedo dejar de desear cada noche que al mirar la luna, tú también la estés mirando en ese preciso instante y que cada sorbo de café sean tus labios que me estén besando. Y no me importa lo que piense ni diga el resto, porque cuando estamos juntos todo lo demás sobra, así como las palabras y la ropa. Quizás tenga muchos rollos en la cabeza y obvio en el corazón, sí, pero al fin y al cabo, todavía siempre cabes tú.




miércoles, 1 de febrero de 2017

Recaída.

Era una noche muy fría, sentía la necesidad de hablar con alguien urgentemente porque no quería caer, pero caí. Empecé a cuestionarme muchas cosas sobre mi vida:
"¿Alguien me querrá y me necesitará de verdad?"
"¿Y si todo lo que hago está mal?"
"¿Cuál es mi propósito en esta vida? ¿Lo tengo?"

Y así un sinfín de preguntas que no dejaban de atormentarme.
Por un momento vi el el teléfono de la casa, estaba al lado de mi escritorio. Deseé con muchas fuerzas que alguien llamara, pero qué va, era demasiado tarde, el reloj en la computadora marcaba la 01:45 a.m.. Me imaginé teniendo una profunda conversación con él después de tanto tiempo sin dirigirnos ni una sola palabra, por supuesto explicándole primero el porqué de mi llamada. Yo sólo quería contarle a alguien mis pesares, y él era muy bueno para eso, para escuchar sin emitir ni una sola palabra. De repente se cae la llamada y espero a que vuelva a llamar, pero eso no pasa sino después de 30 minutos exactamente y atiendo lo más rápido posible.
 Aló, ¿qué pasó?
 No sé, creo que se cayó la llamada
 Mmm sí, claro.
 ¿Ya te sientes mejor?
 Ahora sí.
 ¿Puedes llamarme tú? Tengo poco saldo
 ¿Y si no quiero?
 ¿Entonces tengo que obligarte?
 Oblígame...

El sólo hecho de escuchar su voz me calmaba, me alegraba el alma. No paraba de sonreír así no diera ocasión de. Mis respuestas eran apenas monosílabos, nunca sabía qué decir, me daba pena, quería que sus palabras traspasaran las mías. Esa última palabra dio pie a ciertos pensamientos, no pude evitar imaginar cuando teníamos intimidad a oscuras en ese cuarto, donde todo era muy silencioso y sólo se escuchaban nuestras respiraciones, de vez en cuando unas nalgadas.


Al cabo de un rato, decidimos que era mejor seguir la conversación por otro lado. Impacientemente esperé su mensaje. Los minutos pasan demasiado lento, quería escribirle, pero ya le había llamado yo y no quería parecer tan fastidiosa. Como semanas atrás había decidido que me arriesgaría a hacer cosas que antes no hacía por miedo o pena, lo pensé unas cuantas veces y le mandé el mensaje.


– ¿Me extrañas?

Lee el mensaje y no responde hasta después de una hora.


 ¿De verdad quieres saberlo?

– Sí, es obvio, por algo pregunto.

– A veces me tomo unos segundos para pensar sobre todas las cosas que hicimos juntos

– Todos los días

– No, todos los días no.

– Ah, bueno.


No quise decir más nada. Él dejó de responder y ya sabía que eso pasaría, que al día siguiente me escribiría con la excusa de que se había dormido y yo respondería con un "Okey".
Efectivamente así pasó, pero tenía esperanzas de que más tarde me escribiera. Luego lo acepté, acepté que debe partir, que no puede quedarse ahí esperando por mí porque no es feliz. Tan sólo si supiera que a veces tampoco lo soy, que también me tomo un tiempo para pensar en él, que muchas veces nos imagino encontrándonos nuevamente y morimos en los brazos del otro.

No siempre lo que más queremos nos hace bien o nos conviene, pero yo siempre voy a querer tropezar contigo, porque al fin y al cabo eras mi adicción favorita.







martes, 27 de diciembre de 2016

Sueño.



Sueño con tener un camino largo, lleno de éxitos pero también tropiezos que me ayuden a ser más fuerte y a abrir cada vez más los ojos y la mente.
Quiero paz y libertad, para mí y para todos los seres vivos que habitan este planeta. 
Quisiera que el día tuviese más horas y no sólo 24 para poder hacer las cosas que quiero.
Quiero tener dos títulos universitarios, un oficio y otro hobby.
Quiero aprender y absorber todo lo que pueda del mundo que me rodea. 

Quiero sentirme mejor conmigo misma al pasar los años, quererme y valorarme y que no se me olvide a veces. Ser autosuficiente e independiente. Que no me haga falta nada ni nadie para llegar a mis metas y ser feliz. 
Quiero suficiente dinero para poder viajar por el mundo y aprender de cada cultura, cada historia y cada idioma.
Quisiera tener un futuro brillante y exitoso,  una familia inmensa y muy unida como siempre soñé y nunca pude tener en mi niñez.
Asimismo, querré que mis hijos,  adoptados y propios tengan sueños y todos se hagan realidad.

Quisiera poder despertar algún día y encontrarme compartiendo la misma cama con un sujeto al que llamaré esposo, viviendo en una casa hermosa, con un jardín abundante, rodeada de muchos árboles y que al levantarme a preparar café salgan corriendo de alegría todas mis mascotas a saludarme.


(Escribiendo...)


Sueño que te sueño y estoy soñándote. 




lunes, 10 de noviembre de 2014

Mí misma.



-Las apariencias engañan-, 
fue lo que dije cuando te vi. 

Las manos también saben de eso, 

saben cómo destruirnos de puño y letra.


Tenemos que hablar.


No quiero preguntarte cómo te sientes porque me sé todas tus respuestas, sé lo que callas y lo que guardas. Aparentas ser feliz con lo que tienes, como si nada ha pasado, como si tus sentimientos estuviesen intactos, como si nada te afectara, ¿Cómo lo haces?, ¿Cómo logras engañarte a ti misma fingiendo ser alguien que no eres?


Te sientes a gusto creyendo que sólo entrelazando tus dedos con los de él has descubierto otro mundo porque han sabido cómo encontrarte, cómo palparte, cómo hacerte; pero quizá es sólo una ilusión y no son sus cálidas manos ni él, eres tú inventándote un falso amor. 
Construiste sola un puente que no daba paso a nada, y aún sabiéndolo quisiste continuar, porque tenías las esperanzas hechas, y las expectativas entre las nubes. Te inventaste a alguien tímido pero desinteresado, atractivo pero falso, único pero igual a los demás, respetuoso pero no consigo mismo, romántico de vez en cuando pero locuaz, misterioso pero predecible.

Ahora sólo te tienes a ti y a mí escribiéndote esto. Nunca fue mi intención hacerte sentir mal, sólo debes saber que en algún momento tenías que abrir los ojos y de cualquier forma dolería.

Tómate un tiempo para sumergirte en ti; déjate construir por otras manos que no sean las mismas que te destruyeron más tarde, deja que te encuentren. No las busques, no las inventes. 




Todo acabó, pero no acabes contigo misma. 



jueves, 4 de septiembre de 2014

Conjeturas.




Sabía que al sentarme a escribir instantáneamente hablaría sobre esto, pero me he visto en la obligación de desahogarme, de quitarme este peso de encima y expresar mis sentimientos acá. Después de todo para eso es que escribo, por mi y para mi.




"Te quise, te quise tanto tal como quisiste hacerme creer que eras."



Desde hace un tiempo me había alejado de todo esto ya que no me hallaba entre las letras.

Quise salir por primera vez de ese pequeño recoveco en donde todo era bonito porque te encontrabas tú; y contigo, parte de mi. 

Decidí adentrarme en lo poco que quedaba de mi, conocerme más, apreciarme, sentirme, contemplarme, y dedicarme el mejor abrazo que alguien en este momento me pudiese obsequiar.


Pero justo cuando más estaba segura de que todo marchaba bien e iba por buen camino, uno de los dos se desvió y extravió, pero esta vez no velaré tus pasos. Prometí alejarme de las cosas que creía que me hacían feliz, y entre esas cosas estaba lo que pensaba que llegarías a ser y nunca serás.



miércoles, 25 de junio de 2014

Realidad inventada.



Cae la noche sobre tus ojos, las estrellas decoran con sus luces el firmamento y la luna se convierte en testigo de este amor efímero. El frío nos da refugio haciéndose cómplice de aquel momento. 

Te acercas lentamente, se juntan nuestras miradas taciturnas, te fijas a mis ojos y es ahí cuando sé que todo estará bien. Tu boca sedienta busca repentinamente mis labios quebrados, te posas en ellos y chocan formando una brillante e intensa aurora que se adueña de las bóreas y nos acobija. 

Terminas en el momento preciso para rozar mis mejillas sonrojadas y transmitirme tu calor.
 Apartas mi cabello por encima de la oreja y con los labios aún húmedos, susurras:
Te quiero.
— Suspiras —

De repente siento que me transporto a mi cuatro, aquel pequeño y vacío lugar dónde todo se hace posible. 
Con tus brazos cubres mi frágil cuerpo para luego hacerte oír otra vez:
 —Yo no te lastimaré, te lo prometo. Algún día nos volveremos a encontrar. Te esperaré siempre en el mismo lugar.


Buscas mi cara y aprietas mi cabeza contra tu pecho hasta el punto punto en el que puedo escuchar los latidos de tu corazón que cada vez se hacen más y más rápidos; como si trataras de explicarme algo. 
Se agotaba el tiempo.


Te levantas de la cama. 
Buscas tus botas sucias, abotonas tu camisa y luego te diriges hacia la puerta para encender la luz.

Abro los ojos... 
ya no estás.



domingo, 13 de abril de 2014

En la profundidad de mis pensamientos.






Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Flotando por los vientos de la confusión riendo, con esos gestos que nadie puede igualar.
No te escondas, te puedo oír.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Naufragando en breves silencios reprimidos, con esa mirada que todo lo logra decir.
Cierra los ojos, imagina que estoy ahí.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Haciendo un pacto con los demonios pasajeros que habitan en este hogar, con esa oscuridad que te pertenece.
Se lo que intentas, me hablaron de ti.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Buscando adueñarte de otra alma vacía que te quite las penas, con esa timidez que te cala hasta los huesos.
Te conozco, sueles ser así.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Desenterrando un amor roto que no puede volver a ser, con esa esperanza que tomas y sueltas de la mano.
No te aferres, lo puedes sentir.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Construyéndome y destruyéndome más tarde solo para verme caer otra vez a tus pies.
Y así lo consigues, te apoderas de mi.






viernes, 4 de abril de 2014

Cuando tú eres, la muerte no es y cuando la muerte es, tú ya no eres.

10:31. Llega a mis oídos una noticia que me estremece el alma.
Sentimiento y nostalgia condecoran cada esquina y en cada punto de aquel ahora inhóspito lugar. Una penumbra muy espesa que no se puede ver pero se puede tocar, la estoy sintiendo.
Se recorta la respiración y mi corazón pronto va cayendo en un vacío, pierdo el control, pierdo los estribos. Mis mejillas se inundan de espesas lágrimas que no encuentran su camino y se pierden en mi piel. Eres mi sentimiento ahogado.


La muerte le ganó a la vida.



Encerrada en un laberinto sin salida con la desesperación persiguiéndome, esquivo sus pasos inconsolables. No me alcanzará.
—¿Qué vendrá ahora?—

Te busco inútilmente reconociendo que no volverás porque has decidido cambiar tu rumbo. Sabrás que algo mejor te espera. Te extenderé mi mano para que te sirva de apoyo, no estarás sola.


Te recuerdo en la inquietud del silencio.Te recuerdo como una mancha indeleble que tintó de alegría mi

corazón.

Te recuerdo como si todavía estuvieras aquí.



Estás constantemente presente en mis pensamientos, porque eres la fecha de todos mis días, las horas que marcan mi reloj. Hoy el tiempo es lento.

Hacia donde miro veo tu rostro, hacia donde voy siento tu amor.


Con tu dulce aroma impregnabas de dicha mi vida, más sólo hoy evoco tu nombre que me ayuda a revivir esos momentos,  tan nuestros.

Viviendo sin verte  y muriendo en tu presencia.
 Me tropiezo recitando tu nombre, suspirándolo al viento, mientras mi alma colisiona con tu recuerdo y se rompe poco a poco.





— Te recuerdo con el alma apretada 
De esa melancolía y dejo que transluces 
Cómo será que se agolpe todo el amor en conjunto 
Si aún en la lejanía siento tu párpado Iluminando al crepúsculo 
Para mi altura sobra tu estatura de coloso 
Para mi libertad bastan tus alas 
Para tu refugio tengo abierto mi pecho.

Y ahora se enciende en mi vida
el aroma de tu fuego,
que tú dejaste prendido
como luz en mis recuerdos.
Mis manos buscan tu piel
y dibujan en tu pecho
el poema inacabado
que te escribí con mis dedos.
Ahora vivo en el recuerdo
y vivo mis pensamientos
para avivar esa llama
que yo enciendo en tu deseo. —







"El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo por siempre."




Y.G. 
23/03/14

domingo, 16 de marzo de 2014

Mi ideal.

Ciertamente, no todos los hombres son malditos y no saben cómo valorar a una mujer. Hay escasez de esos a los que realmente le importan la otra persona, se entregan completamente y demuestran sus verdaderos sentimientos sin aprensión.

Reconsideraría la idea de conocer a otros hombres pero sólo tomándolos como amigos.

En las entrañas de su ser se podía sentir que ansiaba que llegara esa persona que le hiciera cambiar totalmente de opinión, que cambiara los días grises por otros de color y le hiciera ver el mundo desde otra perspectiva. 

Nunca digas "de esta agua no beberé" porque el camino es largo y te puede dar sed.
—Quiero saber con quién tengo el placer de empezar este laberinto que no tiene fuga ni vuelta atrás.—
Efectivamente. 

Había conocido a una persona que la estremeció sutilmente a penas puso un pie en su terreno. Hizo que deseara más aún el amor. Un amor que se extienda hasta llegar a los más apartados confines de su ser. Que su nombre baste para hacer palpitar a su fogoso corazón.


—Amarnos bajo la paz suprema e infinita que el ocaso de la noche destilará para nosotros. Quisiera vivir mi vida diurna entre libros y papeles y pasar las noches junto a su cuerpo. Quiero conocer los demonios que habitan en tu alma lúgubre, hacerme amiga de ellos, hablarles y convencerlos para que se confundan con los míos. Quiero ser tu musa, enredarme en tus letras, contemplar las estrellas, adueñarnos del universo. Amortajarnos en febriles caricias, capaces de alejar de la memoria todo recuerdo penoso. Quiero un amor de todos los instantes, aunque no sea un amor para la vida.—


Ése es mi ideal.