lunes, 10 de noviembre de 2014

Mí misma.



-Las apariencias engañan-, 
fue lo que dije cuando te vi. 

Las manos también saben de eso, 

saben cómo destruirnos de puño y letra.


Tenemos que hablar.


No quiero preguntarte cómo te sientes porque me sé todas tus respuestas, sé lo que callas y lo que guardas. Aparentas ser feliz con lo que tienes, como si nada ha pasado, como si tus sentimientos estuviesen intactos, como si nada te afectara, ¿Cómo lo haces?, ¿Cómo logras engañarte a ti misma fingiendo ser alguien que no eres?


Te sientes a gusto creyendo que sólo entrelazando tus dedos con los de él has descubierto otro mundo porque han sabido cómo encontrarte, cómo palparte, cómo hacerte; pero quizá es sólo una ilusión y no son sus cálidas manos ni él, eres tú inventándote un falso amor. 
Construiste sola un puente que no daba paso a nada, y aún sabiéndolo quisiste continuar, porque tenías las esperanzas hechas, y las expectativas entre las nubes. Te inventaste a alguien tímido pero desinteresado, atractivo pero falso, único pero igual a los demás, respetuoso pero no consigo mismo, romántico de vez en cuando pero locuaz, misterioso pero predecible.

Ahora sólo te tienes a ti y a mí escribiéndote esto. Nunca fue mi intención hacerte sentir mal, sólo debes saber que en algún momento tenías que abrir los ojos y de cualquier forma dolería.

Tómate un tiempo para sumergirte en ti; déjate construir por otras manos que no sean las mismas que te destruyeron más tarde, deja que te encuentren. No las busques, no las inventes. 




Todo acabó, pero no acabes contigo misma. 



jueves, 4 de septiembre de 2014

Conjeturas.




Sabía que al sentarme a escribir instantáneamente hablaría sobre esto, pero me he visto en la obligación de desahogarme, de quitarme este peso de encima y expresar mis sentimientos acá. Después de todo para eso es que escribo, por mi y para mi.




"Te quise, te quise tanto tal como quisiste hacerme creer que eras."



Desde hace un tiempo me había alejado de todo esto ya que no me hallaba entre las letras.

Quise salir por primera vez de ese pequeño recoveco en donde todo era bonito porque te encontrabas tú; y contigo, parte de mi. 

Decidí adentrarme en lo poco que quedaba de mi, conocerme más, apreciarme, sentirme, contemplarme, y dedicarme el mejor abrazo que alguien en este momento me pudiese obsequiar.


Pero justo cuando más estaba segura de que todo marchaba bien e iba por buen camino, uno de los dos se desvió y extravió, pero esta vez no velaré tus pasos. Prometí alejarme de las cosas que creía que me hacían feliz, y entre esas cosas estaba lo que pensaba que llegarías a ser y nunca serás.



miércoles, 25 de junio de 2014

Realidad inventada.



Cae la noche sobre tus ojos, las estrellas decoran con sus luces el firmamento y la luna se convierte en testigo de este amor efímero. El frío nos da refugio haciéndose cómplice de aquel momento. 

Te acercas lentamente, se juntan nuestras miradas taciturnas, te fijas a mis ojos y es ahí cuando sé que todo estará bien. Tu boca sedienta busca repentinamente mis labios quebrados, te posas en ellos y chocan formando una brillante e intensa aurora que se adueña de las bóreas y nos acobija. 

Terminas en el momento preciso para rozar mis mejillas sonrojadas y transmitirme tu calor.
 Apartas mi cabello por encima de la oreja y con los labios aún húmedos, susurras:
Te quiero.
— Suspiras —

De repente siento que me transporto a mi cuatro, aquel pequeño y vacío lugar dónde todo se hace posible. 
Con tus brazos cubres mi frágil cuerpo para luego hacerte oír otra vez:
 —Yo no te lastimaré, te lo prometo. Algún día nos volveremos a encontrar. Te esperaré siempre en el mismo lugar.


Buscas mi cara y aprietas mi cabeza contra tu pecho hasta el punto punto en el que puedo escuchar los latidos de tu corazón que cada vez se hacen más y más rápidos; como si trataras de explicarme algo. 
Se agotaba el tiempo.


Te levantas de la cama. 
Buscas tus botas sucias, abotonas tu camisa y luego te diriges hacia la puerta para encender la luz.

Abro los ojos... 
ya no estás.



domingo, 13 de abril de 2014

En la profundidad de mis pensamientos.






Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Flotando por los vientos de la confusión riendo, con esos gestos que nadie puede igualar.
No te escondas, te puedo oír.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Naufragando en breves silencios reprimidos, con esa mirada que todo lo logra decir.
Cierra los ojos, imagina que estoy ahí.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Haciendo un pacto con los demonios pasajeros que habitan en este hogar, con esa oscuridad que te pertenece.
Se lo que intentas, me hablaron de ti.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Buscando adueñarte de otra alma vacía que te quite las penas, con esa timidez que te cala hasta los huesos.
Te conozco, sueles ser así.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Desenterrando un amor roto que no puede volver a ser, con esa esperanza que tomas y sueltas de la mano.
No te aferres, lo puedes sentir.

Me hallo sumergida en mis pensamientos y te encuentro a ti...
Construyéndome y destruyéndome más tarde solo para verme caer otra vez a tus pies.
Y así lo consigues, te apoderas de mi.






viernes, 4 de abril de 2014

Cuando tú eres, la muerte no es y cuando la muerte es, tú ya no eres.

10:31. Llega a mis oídos una noticia que me estremece el alma.
Sentimiento y nostalgia condecoran cada esquina y en cada punto de aquel ahora inhóspito lugar. Una penumbra muy espesa que no se puede ver pero se puede tocar, la estoy sintiendo.
Se recorta la respiración y mi corazón pronto va cayendo en un vacío, pierdo el control, pierdo los estribos. Mis mejillas se inundan de espesas lágrimas que no encuentran su camino y se pierden en mi piel. Eres mi sentimiento ahogado.


La muerte le ganó a la vida.



Encerrada en un laberinto sin salida con la desesperación persiguiéndome, esquivo sus pasos inconsolables. No me alcanzará.
—¿Qué vendrá ahora?—

Te busco inútilmente reconociendo que no volverás porque has decidido cambiar tu rumbo. Sabrás que algo mejor te espera. Te extenderé mi mano para que te sirva de apoyo, no estarás sola.


Te recuerdo en la inquietud del silencio.Te recuerdo como una mancha indeleble que tintó de alegría mi

corazón.

Te recuerdo como si todavía estuvieras aquí.



Estás constantemente presente en mis pensamientos, porque eres la fecha de todos mis días, las horas que marcan mi reloj. Hoy el tiempo es lento.

Hacia donde miro veo tu rostro, hacia donde voy siento tu amor.


Con tu dulce aroma impregnabas de dicha mi vida, más sólo hoy evoco tu nombre que me ayuda a revivir esos momentos,  tan nuestros.

Viviendo sin verte  y muriendo en tu presencia.
 Me tropiezo recitando tu nombre, suspirándolo al viento, mientras mi alma colisiona con tu recuerdo y se rompe poco a poco.





— Te recuerdo con el alma apretada 
De esa melancolía y dejo que transluces 
Cómo será que se agolpe todo el amor en conjunto 
Si aún en la lejanía siento tu párpado Iluminando al crepúsculo 
Para mi altura sobra tu estatura de coloso 
Para mi libertad bastan tus alas 
Para tu refugio tengo abierto mi pecho.

Y ahora se enciende en mi vida
el aroma de tu fuego,
que tú dejaste prendido
como luz en mis recuerdos.
Mis manos buscan tu piel
y dibujan en tu pecho
el poema inacabado
que te escribí con mis dedos.
Ahora vivo en el recuerdo
y vivo mis pensamientos
para avivar esa llama
que yo enciendo en tu deseo. —







"El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo por siempre."




Y.G. 
23/03/14

domingo, 16 de marzo de 2014

Mi ideal.

Ciertamente, no todos los hombres son malditos y no saben cómo valorar a una mujer. Hay escasez de esos a los que realmente le importan la otra persona, se entregan completamente y demuestran sus verdaderos sentimientos sin aprensión.

Reconsideraría la idea de conocer a otros hombres pero sólo tomándolos como amigos.

En las entrañas de su ser se podía sentir que ansiaba que llegara esa persona que le hiciera cambiar totalmente de opinión, que cambiara los días grises por otros de color y le hiciera ver el mundo desde otra perspectiva. 

Nunca digas "de esta agua no beberé" porque el camino es largo y te puede dar sed.
—Quiero saber con quién tengo el placer de empezar este laberinto que no tiene fuga ni vuelta atrás.—
Efectivamente. 

Había conocido a una persona que la estremeció sutilmente a penas puso un pie en su terreno. Hizo que deseara más aún el amor. Un amor que se extienda hasta llegar a los más apartados confines de su ser. Que su nombre baste para hacer palpitar a su fogoso corazón.


—Amarnos bajo la paz suprema e infinita que el ocaso de la noche destilará para nosotros. Quisiera vivir mi vida diurna entre libros y papeles y pasar las noches junto a su cuerpo. Quiero conocer los demonios que habitan en tu alma lúgubre, hacerme amiga de ellos, hablarles y convencerlos para que se confundan con los míos. Quiero ser tu musa, enredarme en tus letras, contemplar las estrellas, adueñarnos del universo. Amortajarnos en febriles caricias, capaces de alejar de la memoria todo recuerdo penoso. Quiero un amor de todos los instantes, aunque no sea un amor para la vida.—


Ése es mi ideal.


miércoles, 12 de marzo de 2014

De un corazón agrietado nacen sentimientos fracturados.



Era una tarde fría y sombría. Se podía sentir la tensión en el ambiente. Seguía esperando aquel mensaje. Sus manos estaban sudorosas y su pulso temblante. Por dentro estaba destrozada, sabía lo que pasaría. Apenas se le podía entender algo de lo que decía ya que las palabras le salían entrecortadas. Su mirada no era igual, su caminar no era igual, poco quedaba de ella. Un adiós marcaba olvido. 

Él decidió partir al no saber cómo controlar la situación y continuar con esa ahora tormentosa relación. 

—Yo venía embalada de un amor sin agujeros que se fue agrietando por su culpa.— Sollozaba.
Los días parecían pasar muy lento y ella se hundía cada vez más en sus pensamientos. "¿Qué fue lo que hizo que el vaso se derramara? ¿Cuál habrá sido la última estocada? ¿Dejó de quererme? ¿Se cansó de mi? ¿Dejé de importarle? ¿Consiguió a alguien mejor que yo? Esas eran las preguntas del millón causantes de su insomnio. No dejaba de cuestionarse, ya era parte de su rutina diaria. 

En las manos de él depositó su destino. Siempre pensó que algo quedaba entre los dos, que en algún momento habría de volver, hasta que un día los vio pasar juntos de la mano, se les veía sonreír mucho... Ya había alguien más. No supo cómo tomarlo, le resultaba bastante difícil de digerir como un café amargo de nostálgicas esencias y en cada sorbo bebido recordaba sus besos, sus abrazos, sus sueños y fantasías.


Por un tiempo no dejó de perseguir su sombra, sabiendo que las razones para dejar de hacerlo eran un arsenal donde éstas se aglomeraban cada vez más. Estaba conturbada.Ya no sabía cuáles eran sus prioridades, no tenía sentido ético y moral. 
La dignidad es tan noble que compensa las pérdidas que causa. El digno sufre, pero su dignidad lo consuela.

Frases como "Sólo ten paciencia, déjalo ir." "El mundo da vueltas y al final siempre es justo, vas a tener lo que te mereces, ya verás." "No sufras por lo que fue, sigue adelante que después de la tormenta sale el sol." Eran las frases que frecuentaban sus seres queridos y en vano pretendían consolarla.

Transcurrió el tiempo y fue cayendo en cuenta que todas esas frases tenían sentido. Por fin pudo desatar la venda que tenía atada a los ojos. Ninguno de los dos se merecían y las razones eran irrefutables. Aprendió la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.

—Los recuerdos caminarán en mi alma hasta perderse en la oscuridad. Brindaré por ti con la tétrica copa de la pesadumbre de aquella pócima de contrición y desconsuelo que me diste a probar y el tiempo con su paso inexorable ya crucificó. Así en otro lugar del tiempo y el espacio, volveré a comenzar.

Ella sabía muy bien lo que valía y lo que merecía, un amor de esos que te llenan y desbordan el alma con un sentimiento tan puro como el agua. El inconveniente ahora no era el daño sino la huella que había dejado.
Se rehusaba a volver a sentir ese maldito sentimiento llamado amor, el cual daba por desconocido.

¿Si el amor es vida, por qué hay amores que matan? La idea de pasar nuevamente por lo mismo, enamorase sola, entregarse en cuerpo y alma y al final quedarse desamparada en un profundo y espeso mar color petróleo del que no sabría cómo salir, la descorazonaba.

Dominada por el miedo y la desconfianza. 
¿Para qué repetir la misma historia si puedo empezar conmigo otra vez?



viernes, 7 de marzo de 2014

Camino de amor.



Si el alma se pudiera
abrir, como la carne, cuando enferma,
este infierno que empuja
no acabaría por ganar mi guerra.
Un milagro de luna compartida
y el crepúsculo tenso
de sombras apretadas y oscurecida sangre
se desharía en horizontes lentos.
Volvería el acorde a la guitarra
cerrando su bostezo desdentado
y, muerta la locura, que me llega
con el cuchillo al sol de las cigarras,
dejaría de ser, como ese árbol,
recorrido de hormigas acuciantes,
que no encuentra el momento en que la tierra
lo libre de su farsa.

Un silencio, tan solo, constructivo;
una vigilia huera de fantasmas;
el camino de amor, para mi sangre,
de un beso, puro como un hilo de agua,
que pase por mis labios y los salve.
Un sueño solo, dulce,
del que despierte vivo o no despierte;
un pájaro, una flor, un eco, un niño;
el aire entre las hojas de la tarde....
Solamente eso pido.